Es raro ver a Gareth Bale rendirse y no poder continuar en el campo. Sus médicos lo saben, su entrenador y compañeros también. No es un jugador “blando” y está más que acostumbrado a recibir y soportar golpes y entradas de los rivales. Sin embargo, cuando el galés no pudo continuar en el césped el miércoles en las Champions, algo grave ocurría. Todas las alarmas se activaron y los peores pronósticos se cumplieron. Bale sufre una lesión en los peroneos de la pierna derecha. Ya hay fecha para la interveción.