El fracaso de la artroplastia primaria es un proceso tiempo dependiente. Debido al creciente número de artroplastias primarias y a la mayor esperanza de vida se espera que en los próximos 20 años los recambios de rodilla se multipliquen por seis y los de cadera por dos.

Los costes y la complejidad de la cirugía de revisión son mucho mayores que los de la artroplastia primaria, sin embargo, la selección adecuada de los pacientes e indicaciones y la aplicación correcta de las técnicas de revisión permiten minimizar las complicaciones, mejorar los resultados y la supervivencia de los implantes.

Los objetivos del cirujano ortopédico son realizar una correcta exposición y una extracción del implante minimizando la pérdida ósea y preservando las partes blandas, restaurar la pérdida ósea y la biomecánica de la articulación y conseguir un implante fijo, estable y bien alineado.

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Cotilo gastado tras 25 años

 

Este tipo de cirugía es de alta complejidad y especialización, sin embargo, si se realizan de forma reglada, el resultado es ampliamente satisfactorio. Los pasos a seguir son:

1.- Diagnosticar la causa que provoca que la prótesis duela.

La sintomatología, el estudio radiológico y un análisis de sangre exhaustivo nos aportarán la información que precisamos.

Si el implante está aflojado, la solución pasa por la extracción de los componentes.

2.-Extracción del componente femoral y acetabular

Es necesario disponer de extractores específicos o universales para adaptar al cuello de la prótesis, escoplos flexibles y rígidos, material de descementación y fresas finas de alta velocidad para romper la interfaz proximal prótesis hueso o cemento hueso y remodelar la zona trocantérica cuando se va a hacer una extracción intramedular del implante.

3.-Reconstrucción femoral

Las prioridades en la revisión femoral son: 1. conseguir la implantación de un componente con estabilidad inmediata, 2. mantener la estabilidad de la cadera y 3. corregir la diferencia de longitud de las piernas.

4.- Reconstrucción acetabular

Dependiendo de la magnitud del defecto se consideran defectos no masivos y masivos

a) Defectos no masivos:

En general los defectos óseos que afectan a menos del 50% del acetábulo se consideran leves o moderados y en estos casos se puede conseguir un área de contacto y estabilidad inicial del implante suficientes para favorecer la fijación biológica de este.
La utilización de nuevos materiales, como el tantalio, podría facilitar la incorporación de los aloinjertos, en partículas o estructural, y mejorar, debido a su porosidad y mayor fricción la fijación e incorporación de los cotilos en situaciones de revisión incluso con superficies de contacto menores.

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Implantes de tantalio

 

 b) Defectos masivos

Se consideran defectos masivos a aquellos que afectan a más del 50% del acetábulo, con distorsión de la geometría acetabular, daño de las columnas o discontinuidad pélvica.

Estos defectos son una indicación para la utilización de cajas de reconstrucción o anillos antiprotrusión. Permiten puentear zonas de pérdida ósea al fijarse en zonas distantes de hueso nativo remanente, restituir el centro de rotación y distribuir las cargas sobre un área mayor protegiendo así la incorporación del injerto aportado.

Permiten una gran área de contacto con el hueso nativo pero no permiten la fijación biológica. Su principio de actuación se basa en una estabilización mecánica inicial, puenteando zonas de pérdida ósea, mientras se produce una incorporación biológica del injerto óseo y redistribuir las cargas sobre un área de contacto mayor. Con este abordaje se han publicado supervivencias del 77% a 10 años en el tratamiento de graves defectos acetabulares.

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