Si bien el uso del teléfono móvil en el baño no es una causa directa de hemorroides, su influencia puede ser indirecta al promover la permanencia prolongada en una postura que aumenta la presión en el área anal.

Hoy en día, los teléfonos móviles forman parte de nuestra vida diaria de manera ineludible. Son herramientas esenciales para la comunicación, el entretenimiento y el acceso a la información, lo que ha hecho que los llevemos con nosotros a todas partes, incluso a lugares que tradicionalmente no eran asociados con dispositivos electrónicos, como el baño.

Sin embargo, este hábito aparentemente inocente de usar el teléfono móvil mientras estamos en el baño puede traer consigo varios riesgos para nuestra salud, algunos de los cuales son más insidiosos de lo que podrían parecer a simple vista.

Uno de los problemas de salud más curiosos que puede estar relacionado con el uso del teléfono en el baño es la posibilidad de desarrollar hemorroides. Aunque la relación entre el uso del móvil y las hemorroides no es algo ampliamente reconocido, existen mecanismos fisiológicos que podrían hacer que este hábito sea perjudicial para nuestra salud, especialmente si tenemos en cuenta el comportamiento común de pasar largos períodos de tiempo en el baño mientras usamos el teléfono.

Un reciente estudio así lo avala. Sobre 100 pacientes han comparado la aparición de hemorroides, fisuras y otras alteraciones en el suelo pélvico entre dos grupos, aquellos que usan el móvil en el baño y los que no. Se ha evidenciado que los primeros tienen más riesgo de sufrir estas patologías que los que sólo van a hacer en el baño lo que tienen que hacer, sin distracciones.

¿Por qué es un riesgo?

Lo primero que se debe tener en cuenta es que, al igual que con cualquier otra actividad que involucre un tiempo prolongado de estar sentado, el uso del teléfono móvil en el baño puede promover una postura inadecuada.

Los dispositivos móviles, por su parte, fomentan que las personas se distraigan, lo que lleva a que pasen más tiempo del que normalmente pasarían en el baño. Además, cuando estamos en el baño, a menudo estamos relajados y no somos conscientes de cuánto tiempo estamos sentados. La combinación de una postura prolongada y la distracción de las redes sociales o de contenido multimedia puede contribuir al empeoramiento de los problemas circulatorios.

Al estar sentados por un largo período, especialmente en un espacio pequeño como el baño, la presión en las venas del área rectal aumenta considerablemente, lo que puede contribuir al desarrollo o empeoramiento de las hemorroides. Este fenómeno es más evidente en personas que tienen una predisposición a sufrir de hemorroides debido a factores genéticos, dietéticos o de estilo de vida, pero no es un riesgo que se deba tomar a la ligera.

El tiempo en el inodoro es un factor importante. Si estamos más de 10 minutos sentados con el tronco hacia delante, aumentamos la presión en la zona ano-rectal provocando la congestión de las venas del plexo hemorroidal, haciendo que se dilaten como le ocurren a las varices de las piernas, desencadenando la aparición de hemorroides.

El propio inodoro en sí, abierto en la parte central, hace que el apoyo sea lateral sobre los glúteos. Eso deja al suelo pélvico sin apoyo como cuando estamos en una silla normal. Cada vez que realizamos un esfuerzo para ayudar a defecar, se genera una gran presión en la zona provocando una alteración en el tono muscular del suelo pélvico y favoreciendo la aparición de molestias.

¿Qué son las hemorroides y cómo se desarrollan?

Las hemorroides son venas inflamadas o hinchadas en la región anal o rectal, similares a las varices que pueden formarse en las piernas. Estas venas pueden inflamarse debido a un aumento de la presión en la zona, lo que provoca incomodidad, dolor y, en casos graves, sangrado. Las hemorroides pueden ser internas (dentro del recto) o externas (en el área anal), y pueden ser provocadas por diversas razones, entre las que se incluyen:

  1. Estreñimiento crónico: Hacer esfuerzo excesivo durante la evacuación puede aumentar la presión en las venas del área rectal.
  2. Sedentarismo: El estilo de vida sedentario y la falta de actividad física pueden favorecer el estreñimiento y la mala circulación.
  3. Embarazo: Los cambios hormonales y el aumento de peso pueden aumentar la presión sobre la zona rectal.
  4. Dieta pobre en fibra: Una dieta baja en fibra contribuye al estreñimiento, lo que puede generar un esfuerzo excesivo durante la defecación.

Si bien el uso del teléfono móvil en el baño no es una causa directa de hemorroides, su influencia puede ser indirecta al promover la permanencia prolongada en una postura que aumenta la presión en el área anal.

Otras consecuencias

Aunque las hemorroides son una preocupación importante, no son los únicos riesgos que implica el uso del teléfono móvil en el baño. Otros efectos secundarios posibles incluyen:

  • Higiene deficiente: El móvil puede acumular bacterias de las superficies del baño, lo que aumenta el riesgo de infecciones si no se limpia adecuadamente. Las bacterias, como el E. coli, Staphylococcus aureus (incluyendo las cepas resistentes a los antibióticos, como MRSA), y Salmonella, son comunes en los baños. Estas bacterias pueden causar infecciones gastrointestinales, urinarias, respiratorias y en la piel.
  • E. coli: Es una bacteria que se encuentra en las heces y que puede ser fácilmente transferida al teléfono desde el inodoro o el lavabo.
  • Staphylococcus aureus (Staphylococo): Puede ser encontrado en la piel y en las superficies del baño. Algunas cepas de esta bacteria son resistentes a los antibióticos, lo que las hace aún más peligrosas.
  • Los virus, como el de la gripe o el coronavirus, también pueden estar presentes en el baño, especialmente si alguien con una infección respiratoria ha estado en el espacio. Aunque los virus no sobreviven mucho tiempo en las superficies del móvil, el riesgo de contagio aumenta si tocamos el dispositivo con las manos contaminadas. La humedad en el baño es un entorno ideal para el crecimiento de hongos y mohos. Aunque estos microorganismos no siempre causan infecciones graves, pueden irritar la piel y causar problemas respiratorios, especialmente en personas con alergias o asma.
  • Lesión en los nervios: Permanecer sentado durante períodos prolongados puede generar presión sobre los nervios de la zona pélvica, lo que puede causar molestias o dolor. En algunas ocasiones, la posición sentada provoca parestesias, adormecimiento y pérdida de fuerza en las piernas, pudiendo provocar una caída al levantarnos.

Consejos para evitar los riesgos

Para evitar estos riesgos, es recomendable limitar el tiempo que pasamos en el baño, incluso si estamos entretenidos con el teléfono móvil. Aquí algunos consejos prácticos:

  1. Establece límites de tiempo: Intenta reducir el tiempo que pasas en el baño y, si es necesario, usa un temporizador para asegurarte de no exceder los 10-15 minutos en promedio.
  2. Mejora tu postura: Asegúrate de sentarte de manera correcta para evitar presionar innecesariamente la zona rectal. Mantén las piernas en un ángulo adecuado y no te inclines hacia adelante durante largos períodos. Las rodillas deben estar un poco más elevadas que las caderas. Puede ser interesante colocar un pequeño escalón debajo de los pies.
  3. No pospongas la evacuación: Si sientes la necesidad de ir al baño, no esperes demasiado. Evitar retrasar la evacuación es fundamental para evitar el estreñimiento y las hemorroides.
  4. Limpieza del móvil: Si no puedes evitar llevar tu móvil al baño, asegúrate de limpiarlo con regularidad con toallitas desinfectantes para evitar la acumulación de bacterias.