Son formulaciones industriales elaboradas a partir de sustancias extraídas o derivadas de alimentos, a menudo con aditivos que no se usan normalmente en la cocina doméstica.
En las últimas décadas, la dieta global ha experimentado una transformación radical. Los alimentos frescos y mínimamente procesados han sido desplazados progresivamente por formulaciones industriales listas para consumir. Estos productos, conocidos como alimentos ultraprocesados (UPFs, por sus siglas en inglés), se han vuelto omnipresentes, impulsados por la conveniencia, el marketing agresivo y la vida moderna. Sin embargo, una creciente y contundente evidencia científica sugiere que este cambio dietético representa una amenaza global para la salud pública, vinculándolos con una alarmante lista de enfermedades crónicas.
¿Qué son exactamente los alimentos ultraprocesados?
La clasificación más aceptada es el sistema NOVA, que categoriza los alimentos según su grado de procesamiento industrial. Los UPFs pertenecen al Grupo 4, el más alto nivel de procesamiento. No se trata solo de alimentos que han sido cortados o cocinados (procesamiento mínimo). Los ultraprocesados son formulaciones industriales elaboradas a partir de sustancias extraídas o derivadas de alimentos, a menudo con aditivos que no se usan normalmente en la cocina doméstica
Los ingredientes típicos incluyen:
- Azúcares añadidos (jarabe de maíz de alta fructosa)
- Grasas hidrogenadas y aceites refinados
- Sal en exceso
- Aditivos cosméticos: colorantes, saborizantes, emulsionantes y conservantes
Ejemplos comunes incluyen bebidas azucaradas, snacks empaquetados, galletas, cereales azucarados, carnes procesadas (salchichas, embutidos) y comidas preparadas.
La evidencia científica
La preocupación de los expertos en salud pública, como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), no es infundada. Una amplia revisión de 45 metaanálisis, que incluyó a casi 10 millones de personas y se publicó en 2024, encontró que las dietas ricas en UPFs están directamente asociadas con 32 resultados adversos para la salud. Estos hallazgos son consistentes y preocupantes:
1. Obesidad y Diabetes Tipo 2
El vínculo más estudiado. Los UPFs suelen tener una alta densidad energética y bajo contenido de fibra. Los estudios muestran que un mayor consumo se asocia con un riesgo significativamente mayor de obesidad y diabetes tipo 2.
2. Enfermedades Cardiovasculares y Mortalidad
El riesgo cardiovascular aumenta drásticamente. Las dietas altas en UPFs se asocian con hipertensión, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y un mayor riesgo de muerte prematura.
3. Cáncer
La OMS ha clasificado carnes ultraprocesadas (como salchichas y tocino) como carcinógenos del Grupo 1, la misma categoría que el tabaco y el amianto, debido a su fuerte vínculo con el cáncer colorrectal. Otros estudios también han encontrado una asociación con un mayor riesgo de cáncer de mama y otros tipos.
4. Salud Mental y Cognitiva
El daño no es solo físico. Investigaciones recientes vinculan el consumo elevado de UPFs con un mayor riesgo de depresión, ansiedad y deterioro cognitivo, incluyendo un mayor riesgo de demencia y Alzheimer.
¿Por qué son tan perjudiciales?
El problema de los UPFs va más allá de ser simplemente alimentos con mucha grasa, azúcar o sal. Los mecanismos por los cuales causan daño son multifacéticos:
- Hiperpalatabilidad y Adicción: Estos productos están diseñados por ingenieros de alimentos para ser «hiperpalatables», es decir, increíblemente sabrosos y difíciles de comer con moderación. Esto fomenta el consumo excesivo de calorías.
- Matriz Alimentaria Alterada: El procesamiento industrial destruye la estructura natural del alimento (la matriz alimentaria), lo que afecta la forma en que el cuerpo lo digiere y absorbe los nutrientes.
- Disbiosis Intestinal: La falta de fibra y la presencia de ciertos aditivos e ingredientes pueden alterar el microbioma intestinal, el ecosistema de bacterias vital para nuestra salud. Esta disbiosis se ha relacionado con inflamación crónica y enfermedades.
- Exposición a Aditivos y Envases: Algunos aditivos (emulsionantes) y sustancias químicas que migran de los envases (BPA) también pueden desempeñar un papel en los efectos adversos para la salud.
Un Desafío de Salud Pública y Político
El aumento global en el consumo de UPFs es una amenaza de salud pública urgente. Los expertos argumentan que confiar únicamente en la educación individual no es suficiente, ya que las poderosas corporaciones alimentarias emplean tácticas sofisticadas de marketing para proteger sus ganancias.
Se requiere una acción política coordinada para regular la industria, implementar etiquetados claros (como los sellos de advertencia en varios países de América Latina) y mejorar el acceso a alimentos frescos y mínimamente procesados.
Hay que retomar el control del plato
Los alimentos ultraprocesados no son solo una opción dietética, sino un factor determinante en la epidemia global de enfermedades crónicas. La evidencia científica es clara y alarmante.
Reducir su consumo y priorizar una dieta basada en alimentos integrales —frutas, verduras, legumbres, granos enteros, proteínas magras— es una de las decisiones más importantes que podemos tomar para nuestra salud a largo plazo.
Al elegir alimentos frescos sobre formulaciones industriales, no solo nutrimos mejor nuestro cuerpo, sino que también recuperamos el control sobre nuestra salud frente a una industria que prioriza el sabor y la conveniencia sobre el bienestar humano.

