• Con la edad, el sedentarismo y las dietas ricas en grasas, puede inflamarse y tener retenciones.

A partir de una cierta edad, van apareciendo diferentes “goteras”, achaques o situaciones que requieren cuidados, revisiones y no despistarse, ya que las consecuencias pueden ser desastrosa. En el caso del hombre, la próstata es una de ellas. La mama lo es en la mujer y el colon en ambos. En el sexo masculino, la próstata comienza a llamar a la puerta por la noche. Las visitas al baño son frecuentes; se hace pis en poca cantidad y la vejiga no se vacía completamente por lo que al rato se vuelve a llenar y vuelta a empezar. Todo ello conlleva una mala calidad del sueño ya que no se puede dormir profundo durante horas.

La próstata fue bautizada con este nombre por Herófilo, en el año 300 a. C, un médico griego que vivió en el siglo IV a. C. y que fue considerado el primer estudioso de la anatomía humana, gracias a la disección de cadáveres. De hecho, fue el primero que llegó a la conclusión que la inteligencia no residía en el corazón sino en el cerebro.

¿Cómo funciona?

La próstata forma parte de los órganos reproductores del hombre. Tiene aproximadamente el tamaño de una nuez y rodea la uretra, que es el conducto que comunica la vejiga con el pene y por el pasa la orina o el semen. Se localiza inmediatamente anterior al recto, que es la parte final del colon. Su misión es variada y entre otras, a través de las glándulas seminales que se localizan encima de ella, se produce el semen que es el fluido en el que los espermatozoides se encuentran y sirve para nutrirlos; además se contrae en el momento de la eyacuación. Una parte de la próstata es glándula y otra es músculo. Sin embargo, con la edad, el sedentarismo, las dietas ricas en grasas, el tamaño de la próstata puede aumentar, provocando retenciones y problemas al orinar (hiperplasia benigna de próstata) o inflamaciones (prostatitis).

Enfermedades

Hay varias enfermedades que afectan a la próstata:

Prostatitis: es una inflamación de la glándula que provoca un aumento de tamaño de la misma. Suele ser debido a una infección, en ocasiones de transmisión sexual. En cuanto a los síntomas puede provocar dificultad al orinar, urgencia miccional (no puede aguantar las ganas de orinar), dolor al orinar y dolor en todo el suelo pélvico, zona rectal y anterior del abdomen, e incluso dolor de espalda. En ocasiones puede provocar alteraciones en función sexual como la aparición de sangre en el esperma o que la eyaculación sea dolorosa. La prostatitis no es padecida únicamente por los hombres mayores de 50 años (es más frecuente en ellos porque tienen una glándula de mayor tamaño y más susceptible de inflamarse). Los hombres jóvenes a partir de los 30, también pueden padecerla, sobre todo debido a una infección.

El diagnóstico de la prostatitis suele ser clínico, es decir, la sintomatología es bastante característica: además del malestar en la zona baja del abdomen o la espalda, puede haber fiebre y mal estado general. Además, si realizamos una analítica, el PSA (antígeno prostático específico) suele estar elevado. Si el médico realiza un tacto rectal, puede comprobar la glándula inflamada, blanda y dolorosa a la palpación. Es posible llegar al diagnóstico con exploraciones complementarias como la ecografía o la resonancia magnética.

El tratamiento suele ser efectivo. En el caso de ser infecciosa, la prostatitis responde bien a la toma de antibióticos. Si la sintomatología es importante, es posible que se precise el ingreso hospitalario y la administración intravenosa de la medicación, para ser más efectiva.

Hiperplasia benigna de la próstata: Es el aumento de tamaño de la glándula, de forma natural y con el paso de los años. A la edad de 30 años, la próstata suele tener el tamaño de una castaña pero a los 70 puede ser tan grande como un limón. El motivo de ese incremento de tamaño suele ser principalmente hormonal. No todas las próstatas grandes provocan la obstrucción de la uretra, hay muchas que no provocan síntomas, pero todas las que los provocan, son próstatas grandes. Cuando esto ocurre, la próstata comprime a la uretra haciendo que la orina sea expulsada con dificultad, en gotitas, por lo que nunca se vacía la vejiga y la sensación es desagradable. No conviene empujar ni apretar la vejiga para orinar más porque eso empeora las cosas. Hay un cuestionario que puede darnos una idea de nuestra salud prostática:

Durante el último mes:

-Cuantas veces se ha tenido que levantar a orinar por la noche.

-Cuantas veces le ha sido difícil aguantarse la orina.

-Cuantas veces ha tenido que apretar la vejiga para comenzar a orinar.

-Cuantas veces se ha parado la micción mientras orinaba y ha vuelto a comenzar.

-Cuantas veces el chorro de la orina ha sido débil.

-Cuantas veces ha tenido la sensación de no vaciar la vejiga.

El diagnóstico de la hiperplasia de próstata además de clínico es analítico. La realización de un PSA es necesaria. Los valores normales se sitúan entre 0 y 4 ng/ml. Una próstata grande benigna puede llegar con valores de PSA hasta 12, que se considera el límite para pensar en la posibilidad de un tumor. Un cultivo de orina también es útil ya que ayuda a descartar una infección de orina. La ecografía también es útil para valorar vejiga, riñones y la próstata.

El tratamiento suele ser expectante en caso de que los síntomas sean bien tolerados. Cuando no, medicación y finalmente la cirugía.

Cáncer de próstata: Los cinco tumores más frecuentemente diagnosticados en varones en España en el año 2015 fueron próstata (33.370 casos), colo-rectal (24.764 casos), pulmón (22.430), vejiga (17.439) y estómago (5.150 casos). En mujeres los cinco tumores más frecuentemente diagnosticados en España en 2015 fueron el cáncer de mama (27.747), colo-rectal (16.677), útero (6.160), pulmón (5.917) y vejiga (3.654). El cáncer de próstata es una enfermedad asociada a la edad (el 70% son mayores de 65 años) y debida entre otras cosas al consumo de alcohol, tabaco, dieta rica en carne y grasas y algunas profesiones. Además suele ser un tumor dependiente de la testosterona.

No suele dar síntoma normalmente, pero en algunos casos producen una clínica similar a la hiperplasia de próstata con retención de orina. En estadíos avanzados puede debutar con dolor de espalda debido a la presencia de metástasis óseas. El análisis de sangre con medición de PSA es una herramienta de cribado fundamental. Además, una ecografía, resonancia y tacto rectal ayudan a tener más información, aunque la biopsia es imprescindible.

El tratamiento consiste en extirpar la glándula junto a todos los ganglios linfáticos para evitar su diseminación. La disfunción eréctil es su principal efecto secundario y afecta al 50% de los pacientes. La hormonoterapia, es decir, eliminar la testosterona, junto a la radioterapia, puede ser un tratamiento adyuvante además de la cirugía. La esperanza de vida puede llegar a los 10 años, en casos avanzados.