- Bici o correr son buenas opciones, sobre todo cuando los deportes de equipo han tardado en poder ser practicados
Desde luego que lo que ha ocurrido estos meses atrás nos ha cambiado la vida, en todos los sentidos. Hemos estado encerrados, privados de contacto social con amigos y familiares. Hemos visto morir a personas que conocíamos, hemos frenado en seco todas nuestras rutinas, incluida el trabajo o el ejercicio. Cuando la tormenta va amainando, volvemos a intentar sacar la cabeza. En el trabajo con nuevas medidas, lo mismo que al ir a comprar o a nuestro sitio de tapear favorito. Lo mismo ocurre en el deporte. El número de personas que se han echado a la calle a hacer ejercicio se ha disparado, y hay dos sectores que lo notan: la venta de bicicletas y la de material deportivo. Nos hemos lanzando a comprar bicicletas, tanto estáticas para casa como para salir al aire libre. No hay stock y los vendedores del sector han incrementando en más de un 50% la ventas respecto a épocas pasadas.
En el caso del material deportivo, igual. Se han agotado las pesas, las gomas, esterillas y todo lo relacionado con la parafernalia para hacer ejercicio. Se me ocurren varios motivos que puedan justificar esto: hemos pasado de estar encerrados a querer pasar horas al aire libre, y la bici o correr es una buena opción, sobre todo cuando los deportes de equipo han tardado en poder ser practicados. En grandes ciudades, hay miedo al contagio si se usa el transporte público, y la bici es una alternativa. También hay miedo a un rebrote a corto o medio plazo y la gente se está aprovisionando de material ante un posible confinamiento este otoño. No más ejercicio levantando botes de suavizante, las mancuernas o las gomas es lo suyo
Sobrepeso
Es la palabra que más escucho entre mis pacientes estos días: “he cogido unos cuantos kilos mientras hemos estado encerrados. Que si la repostería, que si no puedo salir a andar, total que he engordado cuatro kilos”. El sobrepeso es un estado anormal, un trastorno metabólico del organismo caracterizado por la acumulación excesiva de tejido adiposo. Constituye así, una enfermedad crónica originada por diversas causas y múltiples complicaciones a nivel cardiovascular, respiratorio, endocrino, neuromuscular, óseo y psicológico.
El concepto de si una persona está excedida de peso, varía con la raza, sexo, edad, época y el lugar. En términos generales es más frecuente en las mujeres y después de los 35 años (aunque puede darse a cualquier edad).
Para que se acumule grasa en el organismo, es necesario que el número de calorías ingeridas sea mayor que el de las gastadas (balance positivo de energía). El gasto de calorías va a depender de la actividad que va a desarrollar cada persona.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el sobrepeso como un IMC (índice de masa corporal) igual o superior a 25, y la obesidad como un IMC igual o superior a 30. El índice de masa corporal es la relación que hay entre el peso y la talla.
El principal factor predispone al sobrepeso es la ingesta inadecuada asociada a una actividad insuficiente.Se puede comer mucho por malos hábitos, por elegir mal los alimentos y por factores afectivos. Con frecuencia una persona reacciona a las situaciones de disgusto o ansiedad, ingiriendo alimentos en exceso y/o bebidas alcohólicas, sobre todo estos meses donde la incertidumbre y el miedo ha sido la tónica. También cuando una persona tiene un trabajo sedentario y camina poco disminuye su consumo orgánico de calorías.
A veces se observa que una persona que come mucho y hace ejercicio intenso, se mantiene en su peso normal, mientras que al dejar de gastar energía física, aumenta rápidamente de peso, pues sigue comiendo lo mismo que cuando hacía ejercicio, en lugar de reducir su alimentación. El mismo proceso sucede al llegar a la madurez.
Comúnmente las personas con exceso de peso comen mucho y hacen poco ejercicio, desconociendo los beneficios del movimiento y la actividad física, cayendo en lo que conocemos como vida sedentaria. La persona con sobrepeso no sólo se queja de la deformación de su cuerpo, sino también de otras molestias como: agitación ante el menor esfuerzo, cansancio fácil, tendencia excesiva al sueño, etc. Se pueden observar trastornos cardíacos, elevación de la tensión arterial, facilidad para infecciones del aparato respiratorio, tendencia a la diabetes, a enfermedades del riñón, hígado y vías biliares, afecciones de las articulaciones en los miembros, nefritis, arteriosclerosis, edema pulmonar, trastornos menstruales, hernias, etc.
En España, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, el 17,8% de la población mayor de 15 años padece sobrepeso. Los especialistas señalan que existen evidencias de que el 95% de los casos de obesidad y sobrepeso se deben a un claro componente ambiental vinculado al sedentarismo y a unos hábitos dietéticos que favorecen el balance positivo de energía y, en consecuencia, el aumento del tejido adiposo en el organismo.
Actividad deportiva y sobrepeso
Que la actividad deportiva es para todos, no es una frase hecha o sin sentido, es una realidad como un templo, por eso mismo, todos aquellos que tienen miedo de iniciar su actividad deportiva por sentirse mal con su peso, deben empezar abandonar esa idea negativa y dejarse llevar. Alguien dijo alguna vez, “si tienes un cuerpo, eres un atleta”.
Lo que está claro es que jamás conseguirán adelgazar ni modificar ese estado físico si no inician la actividad deportiva. No hace falta correr una maratón, con simplemente iniciar diferentes actividades ya empezaremos a notar cambios y sentirnos mejor con nosotros mismos.
Podemos seguir las siguientes recomendaciones para iniciarnos en el ejercicio tras estar encerrados:
1.-La idea clave es empezar a poner en movimiento nuestro sistema, por ello, cualquier actividad que nos guste puede ser útil, de hecho, nuestra vida diaria debe ser el primer paso. Nuestra casa y nuestro entorno están plagados de escaleras que subir y bajar, así como intentar llegar más pronto a los sitios aumentando nuestra velocidad al andar. Tampoco es desdeñable que piense en ir caminando al trabajo o a la compra. Al principio puede ser algo duro, por eso es mejor empezar poco a poco. Nuestro cuerpo debe acostumbrase a una nueva serie de cosas, y la actividad deportiva es un gran cambio. De igual forma, el metabolismo cambiará, en el sentido que nuestras necesidades calóricas se modifican, el cuerpo pide otras cosas quizá diferentes.
2.-Cuando empiece a sentirse mejor consigo mismo, se debe intentar alguna actividad más exigente. En el momento en que el cuerpo se lo pida, puede iniciarse en caminar más deprisa y trotar tras unos minutos, luego volver a caminar. Es importante buscar la actividad deportiva que más nos guste y que nos enganche, sin resultar aburrida.
3.-Debemos controlar que el paso de llevamos al caminar sea el que podemos mantener sin gran esfuerzo y sin extenuación. Si vamos en grupo con otras personas, debemos ir a nuestro ritmo.
4.-Deje sobretodo que todo sea natural, sin forzar. No se tratar de convertirse en un deportista de elite, así que mejor ir pausado y a buen ritmo, y conseguir vivir muchos más años y con buena calidad de vida.
5.-Reducir la ingesta calorías a la vez que quemamos calorías con el ejercicio.
6.-Controlar el peso semanalmente para evaluar los progresos.
7.-Pueden aparecer molestias, sobre todo en rodillas o pies, debido a la sobrecarga repetida. Podemos poner frío donde aparezcan los dolores y debemos consultar al médico si no mejora.