• Una fractura incompleta es aquella en la que el hueso no se rompe completamente, sino que los dos fragmentos permanecen unidos por la corteza del hueso.

 

La verdad es que la mala suerte persigue a la UD Almería. Cuando parece que su delantero estrella va a suponer el revulsivo goleador que el equipo añora y precisa, se resiente de su lesión en el peroné y no se espera su regreso hasta dentro de varios meses.

El entrenador del equipo, Garitano, ha confirmado que se trata de la misma lesión, esa fractura incompleta de peroné izquierdo, que al parecer ha vuelto a activarse.

Todo empezó el 1 de octubre de 2023 cuando en las postrimerías del partido contra el Granada Suárez sufre lo que el parte médico de la UDA calificó como fractura incompleta de peroné.

Una fractura incompleta es aquella en la que el hueso no se rompe completamente, sino que los dos fragmentos permanecen unidos por la corteza del hueso (se llama cortical). El cuerpo médico optó por un tratamiento conservador.

El proceso por el que una fractura «pega» y se repara se llama CONSOLIDACIÓN. Supone un proceso de gran complejidad que conduce a la formación de lo que los médicos llamamos CALLO DE FRACTURA.

Ese callo de fractura ha sido lo que se ha fracturado de nuevo, haciendo que el jugador se plantee pasar por el quirófano.

¿Cómo funciona el peroné?

Es un hueso tan importante como frágil aparentemente, y es el que forma el relieve del tobillo por su parte externa. Se une al pie por un conjunto de ligamentos muy importantes y es el hueso que sufre en los esguinces de tobillo porque las torceduras casi siempre giran el pie hacia adentro, provocando mucha tensión en esos ligamentos o en el hueso.

No todo el peroné es importante.

Los fragmentos más importantes son los 15 centímetros que van desde la punta del peroné en el tobillo hacia la pantorrilla y son fundamentales para dar estabilidad a toda la parte externa del tobillo.

Es justo ahí donde se ha fracturado Suárez a juzgar por donde se lleva la mano en el momento de la fractura, gracias a la instantánea del mago de la fotografía, Javier Alonso.

Esa zona además de delicada y traicionera. Está sometida a muchas fuerzas de tensión y de rotación, sobre todo en un futbolista, por lo que hay que estar muy seguro de varias cosas para tomar una decisión acerca de la actitud a seguir:

-¿Es realmente una fractura incompleta? ¿El hueso unido es lo suficientemente grueso como para no operar?

-¿Hay herramientas para poder generar un callo de fractura lo suficientemente potente como para que aguante y además, formarlo apresuradamente para que pueda competir pronto?

-¿No hubiera sido mejor operarlo y así garantizar una reparación anatómica de la fractura, dar estabilidad a la misma con una placa y tornillos y así te aseguras que el hueso consolida en unos plazos razonables?

¿Qué ha podido ocurrir?

Imaginemos que en efecto es una fractura incompleta y se decide no operar.

Se puede «engañar» a la biología tratando de acelerar la consolidación mediante la aplicación de plasma rico en factores de crecimiento del propio paciente en el foco de fractura.

Ello acelera la reparación al provocar una respuesta biológica mucho mayor que la que provoca la propia fractura en sí. Es como si en lugar de que en una obra trabajen 100 obreros, colocamos 100 millones, a tope de Redbull y trabajando a destajo. Así funcionan los factores. Se puede añadir Vitamina D y calcio (son los ladrillos de la obra).

Hay máquinas como las ondas de choque que activan a irritan el foco de fractura ayudando a esos obreros a colocar ladrillos más deprisa. El futbolista estaba casi listo en tres meses. Tenemos que tener en cuenta una cosa, esta fractura tarda en consolidar parcialmente alrededor de seis semanas, la mitad de tres meses.

En ese tiempo se forma un Callo blando o primario: durante este período, los tejidos que unen los fragmentos rotos, no se han mineralizado, o sólo lo han hecho en parte, esto quiere decir, que no hay aporte de calcio en la zona.

No existe una unión mecánica sólida. Si en esta fase, el paciente se hace la radiografía de control, no se aprecia callo óseo aún. Esto no quiere decir que la fractura no evolucione favorablemente, sino que es pronto para que esto suceda. La inmovilización del foco es fundamental en esta etapa y este papel lo desarrolla el periostio.

Si no se produce esta estabilidad del foco, se desencadena el hueso no suelda correctamente y se rompe a las primeras de cambio. Como si el hormigón no estuviera fraguado y se rompe si no tenemos paciencia.

Aquí poca estabilidad se le ha dado puesto que tiene que correr, golpear y girar, muy pronto, demasiado pronto.

Para poder hacer todo eso, tiene que haber un Callo duro: es la fase en la que aparece un puente óseo que restablece la unidad de los fragmentos.

El hueso inmaduro se trasforma, después de varias semanas, en hueso duro; dicho hueso es laminar que asegura la unión y solidez. Esta transformación comienza durante la cuarta semana y al cabo de 16 semanas, el hueso inmaduro ha desparecido.

La fractura de Luis Suárez nunca ha estado en la fase de callo duro, por eso se ha roto de nuevo. Se ha intentado ganarle el pulso a la biología, a los plazos, pero el peroné ha puesto en su sitio al cuerpo médico de la UDA.

¿Y ahora?

Pues toca operación. Ahora no se puede fallar. Una placa de acero da la estabilidad que ha faltado. El encofrado que toda obra necesita para que el pilar de la misma resista.

El tiempo de recuperación es de tres meses, como el de ahora, quizás menos. La diferencia es la placa. Estamos dándole un soporte y una estabilidad que antes no tenía, por lo que el resultado es mucho más garantizado que sólo con tratamiento conservador. El foco de fractura no se mueve y de esa manera el pase de callo blando a duro está garantizado.

En un deportista de este nivel no puedes fallar. Es difícil pretender que un hueso tan importante como el peroné suelde, de la manera que queramos y cuando queramos y sin operar. Va a ser que no.