Hay tres tipos de pruebas sanitarias que pueden ayudarnos a tomar la decisión de viajar.

Hasta ayer no supe lo que iba a hacer en estas fiestas. He preguntado a compañeros sanitarios, en mi trabajo, incluso a pacientes, sobre todo a los mayores. La pregunta fue sencilla: ¿Cómo van a celebrar ustedes la Navidad? ¿Solos o acompañados? No hubo una uniformidad en las respuestas pero fueron curiosas. Las personas de mayor edad tenían, meridianamente claro que no querían a nadie en casa. “No me quiero contagiar ahora que tenemos la vacuna aquí; además mis nietos estudian en Granada y me da miedo que me traigan el virus de allí. Esta Navidad, los mayores en casa y solos”. Esa fue la respuesta más repetida. Sí me ha llamado la atención que todo el mundo tiene claro que hay que tener cuidado; todos los que he hablado van a respetar el número de comensales, y la celebración va a ser en un lugar abierto y separados. Veremos en la práctica.

En mi caso, no lo tenía claro. En mi consulta nos hacemos nosotros mismos el test de antígenos desde que está disponible, y lo seguiremos haciendo como prevención, al menos una vez al mes. Mi idea inicial era sencilla: nos hacemos en casa el test de antígenos el mismo día 24 de diciembre, y nos vamos a visitar a mis padres a Granada. Los dos superan los 80 años y mi padre está operado de cáncer de garganta, lo que le lleva a respirar por un agujero en el cuello. Es decir, ambos son un caramelo de nata para el virus en caso de agarrarlo. Pero no es infalible ni nos da seguridad 100%. Así que decidí hablarlo con mis hermanas y sobre todo con mis padres. Noté que al exponerle mis dudas se sintieron aliviados. Ellos también las tenían, sobre todo miedo de poder ser contagiados, de sufrir un desenlace fatal. Decidimos posponer la cena de Navidad para más adelante, cuando podamos darnos besos y abrazos con riesgo cero, como siempre.

En las noticias estos días no se habla de otra cosa que no sea de los tests. Los que viajan desde otros países tienen la obligación de hacerlo para entrar en España. Los que vienen de otras ciudades fuera del núcleo familiar y quieren tener la completa seguridad de poder abrazar a los suyos sin temor a contagiar.

Hay tres tipos de pruebas que pueden ayudarnos a tomar la decisión de viajar y juntarse o de quedarse en casa y ver a los seres queridos a través de la pantalla del móvil o de la tablet.

Tipos de pruebas

1.-PCR. Es la que todo el mundo conoce. Son las siglas en inglés de “Reacción en cadena de polimerasa”. Se usa desde hace muchos años. En Traumatología la usamos en casos en los que se sospecha la infección por un germen, por ejemplo, una prótesis de rodilla o cadera. Se mandan las muestras y el laboratorio mediante el estudio genético del material es capaz de afirmar o no que hay una infección. En este caso, lo que se detecta el es ARN del COVID-19, es decir, la presencia de material genético en las vías respiratorias de la nariz y de la garganta. Es la prueba más fiable de todas. Tiene dos ventajas importantes:

-Es muy sensible: eso quiere decir que es raro que se le escape un positivo.

-Es muy específica: es capaz de evitar confusiones con otros virus que se parezcan al COVID-19, lo que daría lugar a un falso positivo. Si es positivo es casi seguro que sea por COVID-19.

-Puede tardar varias horas en tener el resultado, incluso llegando a 24 horas.

Una desventaja es su precio que supera con creces los 100 euros. Hay una novedad que es la detección de PCR en saliva.

2.-Test de antígenos. Es la prueba que se está usando de forma masiva para detectar a los pacientes asintomáticos. Se realiza mediante la introducción de un bastoncillo por la nariz. A continuación se introduce en un tubo de plástico lleno de un reactivo. Se extraen unas gotas del líquido sobre el que se ha empapado el bastoncillo, y dichas gotas se depositan en la pieza de plástico que tiene un papel donde están impregnadas proteínas del virus. En cuestión de 10 minutos tenemos el resultado. Su funcionamiento es similar a los test de embarazo. Puede ser positivo, negativo o no concluyente.

Las propiedades:

-Es muy sensible sobre todo los dos o tres primeros días en los que hay síntomas, llegando a ser casi del 100% en este período. Durante la primera semana, sigue siendo alta pero baja respecto a los primeros días. Pasado este período, no menos fiables. En el caso de ser positivo, se debe confirmar mediante una prueba PCR.

3.-Test rápido de anticuerpos. Es el menos fiable de los tres. Consiste en, mediante un pinchazo en el dedo, extraer una gota de sangre que se deposita en un pequeño kit de plástico. Lo que detecta es nuestra inmunidad, detectando dos clases de anticuerpos: La Ig M y la Ig G. La Ig M es el anticuerpo que primero fabrica el cuerpo. Se crea al entrar en contacto con el virus. En el caso de ser positivo quiere decir que nuestro organismo se encuentra luchando con el virus, en este momento, por lo que podemos ser contagiosos. Se debe confirmar con una PCR. En el caso que seamos positivos para Ig G, quiere decir que estamos inmunizados, que hemos generado anticuerpos de larga duración por si volvemos a entrar en contacto con el virus, estar preparados. Si tenemos Ig M negativa e Ig G positiva, no contagiamos.

La única prueba que ofrece una mayor fiabilidad y seguridad es la PCR. Pero esa prueba negativa significa que no tenemos el virus, en ese momento. Pero al salir del laboratorio, podemos despistarnos con la mascarilla o el lavado de manos o no guardar la distancia de seguridad correspondiente, y empezar con la infección en unos días a pesar de tener aún caliente el mensaje de PCR negativo en el móvil.

Y tú, ¿qué vas a hacer en Navidad?