Busquets

 

El esguince de tobillo supone el 25% del total de lesiones deportivas. Los deportes donde el tobillo es frecuentemente lesionado son el fútbol y el baloncesto. En el pasado partido de vuelta de la semifinal de la Copa del Rey entre el Villareal y el Barcelona, Busquet sufrió una entrada que le provocó una torsión anormal del tobillo, provocando un terrible dolor y lo peor, la ausencia del mediocampista durante varias semanas.

En relación a la anatomía del tobillo, debemos distinguir tres localizaciones:

-Ligamento lateral externo: es la zona que se suele lesionar con mayor frecuencia. Se divide en tres fascículos: peroneoastraga- lino anterior, peroneocalcáneo y el peroneoastragalino posterior.

-Ligamento lateral interno: También llamado ligamento deltoideo; posee dos fascículos, el superficial y el profundo.

-La sindesmosis tibioperonea distal consta del ligamento tibio- peroneo anteroinferior, del ligamento interóseo, de la membra- na interósea, del ligamento tibioperoneo posteroinferior y del ligamento inferior transverso. Es la unión del peroné con la tibia en la parte anterior del tobillo y contribuye a estabilizar dicha articulación. El mecanismo de lesión de la sindesmosis implica una fuerza de rotación externa aplicada sobre el pie en relación con la tibia. La lesión puede ser puramente ligamentosa, o puede haber una fractura asociada.

Hay factores que predisponen al esguince y son de dos tipos:

-Intrínsecos: A.- La edad: Cuanto más veterano es el deportista, mayor es el riesgo de una lesión de tobillo. B.- Sexo: las mu- jeres son más propensas a lesiones de rodilla y tobillo sobre to- do, la semana antes de la menstruación. C.- Historia previa de esguinces de tobillo. la probabilidad de sufrir un nuevo esguince es dos o tres veces mayor si hay una historia previa. D.- Factores relacionados con el pie: sobre to- do el pie con mucho arco o pisa- da supinadora.

Tomás Pina lesiona a Sergio Busquets en la vuelta de las semifinales coperas disputadas en El Madrigal.

-Extrínsecos: A.-Tipo de actividad deportiva: el baloncesto y el fútbol son los deportes que tienen mayor incidencia de esguinces, entre el 15-50% del total de ellos. En la NBA, el esguince de tobillo representa el 21% del to- tal de lesiones del jugador profesional. B.- Nivel de competición: la posibilidad de sufrir un esguince durante una competición es 24 veces mayor que durante un entrenamiento. C.- Calidad técnica: es más frecuente que se lesionen aquellos jugadores con peor nivel técnico. D.- Tipo de calzado: Las zapatillas con cámara de aire predisponen al esguince. Se achaca a la pérdida de estabilidad del retropié. E.- Errores en la preparación física como la ausencia de calentamiento y estira- miento antes y después de la actividad deportiva. F.- Práctica deportiva sobre una superficie de- terminada. El tartan así como otras superficies artificiales asocian mayor predisposición a la lesión que la hierba. G.-Uso de tobilleras estabilizadoras o vendajes reduce de forma significativa el número de lesiones de tobillo sobre todo en los que arrastran lesiones previas de tobillo. Clasificación

En relación a los criterios de gravedad, se clasifica en 3 grados: -Esguince grado I: es una distensión ligamentosa. El paciente refiere dolor local a nivel del tobillo junto a ligera inflamación. Si se produce durante la práctica deportiva, se puede incorporar al juego de nuevo.

-Esguince grado II: Suele haber lesión del ligamento. Se puede apreciar un derrame en el borde externo de tobillo y pie, junto a dificultad para caminar. Momentáneamente se puede incorporar al partido, para abandonarlo minutos después debido al dolor.

-Esguince grado III: es el más grave. Se lesiona la totalidad del ligamento del tobillo. Se suele percibir un crujido en el tobillo al que sigue la rápida aparición del hematoma. Es frecuente que el dolor al inicio sea muy importante, pero debido a la rotura de las fibras nerviosas responsables de las sensaciones álgicas, a continuación se produzca una fase de anestesia en el tobillo y pie.

Es importante la realización de radiografías para descartar la posibilidad de tener alguna fractura asociada en el tobillo o en el pie. La resonancia magnética de tobillo está indicada en aquellos tobillos que tras 6 semanas de evolución permanecen sintomáticos, para descartar fracturas ocultas o lesiones del pie que han podido pasar desapercibidas. Tratamiento

Los objetivos son: disminuir la inflamación y el edema, favorecer la recuperación funcional del ligamento lesionado y rehabilitar muscular y propioceptivamente el tobillo.

Esguince Leve: Las claves son reposo, hielo, vendaje y pierna en alto. Vendaje elástico compresivo dispuesto durante un tiempo 2 semanas, pudiendo recambiarse cada 4-5 días. Frío durante 15- 20 minutos cada 2 horas durante los dos o tres primeros días y toma de antinflamatorios orales. El paciente puede soportar algo de peso dependiendo de su tolerancia al dolor.

Es impotante realizar tratamiento fisioterápico destinado a ganar amplitud de movimiento articular y fortalecimiento muscular. La última fase de la rehabilitación es la terapia propioceptiva basada en restablecer el sentido de equilibrio y coordinación muscular articular. La reeducación se puede iniciar con ejercicios en descarga como escribir con el pie el alfabeto en el aire y luego sobre un plano o superficie estable, para continuar con la tabla de equilibrio, que consiste en una tabla plana que se sostiene sobre una hemiesfera y produce la sensación de estar caminando sobre un terreno irregular. Con el paso de los días, el paciente puede comenzar a caminar en línea recta sin cojear, realizar giros y si las pruebas son satisfactorias, carreras de escasa velocidad para pasar a la normal con cambios de dirección laterales hasta llegar al ángulo recto.

Esguince grave: Además de lo dicho antes, pasados los prime- ros 10 días y una vez que la inflamación ha cedido, se alterna la inmovlización con la fisioterapia autorizando la carga parcial a los 3 semanas, hasta completar las 6 semanas. El tratamiento quirúrgico se reserva para deportistas de alto nivel o pacientes con una alta exigencia física y niveles altos de entrenamiento con inestabilidad.

Es recomendable que al menos durante el primer año tras la lesión y antes de comenzar la práctica deportiva, coloquemos una ortesis estabilizadora que limite los extremos anormales de movimiento del tobillo, sin ejercer gran influencia en el rango articular normal.