Los maratonianos cuidan mucho su tensión arterial JAVIER ALONSO (Almería)

La tensión arterial no es cosa de broma. Es un parámetro que debemos mimar porque de lo contrario, nos dará quebraderos de cabeza. Ojo con la sal en las comidas, el alcohol, tabaco o sobrepeso porque todo ello contribuirá a alterar las cifras normales de tensión arterial y que ésta suba sin darnos ni cuenta.

Las personas que tienen trastornos como diabéticos, hipertensos, tienen una tasa liberación de adrenalina mucho más alta y también cambios en la liberación de insulina, por lo tanto, la aceleración cardiaca es más intensa y están predispuestos a tener arritmias. Tras una situación estresante hay una mayor tasa de infartos entre diabéticos o hipertensos porque es mucha la liberación de adrenalina a nivel corporal y conlleva a que esas de las enfermedades crónico-degenerativas a ese nivel se descompensen, como los comas diabéticos o infartos.

¿Cómo funciona el corazón?

El corazón es el MOTOR que suministra toda sangre al organismo y  permite que todas las funciones del cuerpo humano se realicen correctamente, desde la digestión, caminar o pensar. Pesa aproximadamente 300g y su tamaño corresponde al puño cerrado en cada persona. Está situado entre los pulmones y queda protegido por el esternón. La circulación sanguínea se efectúa gracias a la contracción y relajación de este músculo tan potente.

El corazón está formado por cuatro cavidades, dos aurículas y dos ventrículos, entre una aurícula y ventrículo del mismo lado existe una válvula: la tricúspide en el lado derecho y la mitral en el izquierdo. El lado derecho del corazón, recibe la sangre pobre en oxígeno de los órganos y la envía a los pulmones para que se oxigene y elimine el CO2. El lado izquierdo recibe la sangre rica en oxígeno proveniente de los pulmones  y la envía a los órganos del cuerpo.

El corazón impulsa la sangre mediante los movimientos de sístole (auricular y ventricular) y diástole.

La sístole es la contracción del corazón, donde disminuye el volumen  del mismo, como si se exprimiese, y la sangre es impulsada al resto del organismo. Inmediatamente tras la sístole ocurre la diástole que consiste  en el llenado del corazón gracias a la relajación del músculo cardíaco, aumentando el volumen del corazón. Esto ocurre miles de veces durante el día, permitiendo el paso de sangre del corazón a los pulmones  por la parte derecha del corazón, y del corazón al resto de órganos por la parte izquierda del mismo.

La tensión arterial es la fuerza con la que el corazón expulsa la sangre hacia las arterias, desde las más gruesas como la arteria aorta a los capilares más pequeños y estrechos. De esta manera se asegura que toda la anatomía reciba la irrigación con sangre rica en oxígeno. Hay dos valores en la tensión arterial: la tensión sistólica, es la alta, y la tensión diastólica que es la baja. El valor normal de una tensión arterial debe estar por debajo de 140/95. La tensión sistólica es el 140.

Es la fuerza con la que la sangre sale del corazón durante el latido. El otro valor, 95, es la presión que hay dentro de las arterias entre cada latido. Es la tensión diastólica. Cuanto más grande sea una arteria, menor trabajo le cuesta al corazón expulsar la sangre a través de ella. En cambio, si las arterias son muy finas o estrechas, se precisa más presión para que la sangre circule por su luz. Si las arterias grandes, en lugar de tener una luz despejada y limpia, están obstruidas por placas de ateroma o arterioesclerosis, o son arterias envejecidas que se han endurecido con la edad, el corazón precisa expulsar la sangre con más fuerza, y la tensión arterial sube.

La sangre no vuelve hacia atrás, ya que se van cerrando estas válvulas a su paso, La apertura y cierre es lo que origina los ruidos del corazón que se detectan con la auscultación.

El corazón está formado por tres capas: un envoltorio o pericardio, un tejido muscular especializado: el miocardio, pero que es diferente a cualquier otro músculo del cuerpo; la parte más interna del corazón se llama endocardio, que es que corresponde al tejido que recubre las aurículas y ventrículos, así como a las válvulas.

La llamada circulación mayor comprende la parte izquierda del corazón, junto con la aorta que van a distribuir la sangre a todos los órganos vitales: cerebro, riñones, hígado, etc. Mientras que la parte derecha del corazón junto a la arteria pulmonar, los pulmones y las venas pulmonares forman la circulación pulmonar o circulación menor, que permite a la sangre recargarse de oxígeno.

HIPERTESIÓN

La tensión arterial no da síntomas normalmente, excepto cuando las cifras se han disparado. Por ejemplo, la tensión arterial sistólica, es decir, de los dos valores de tensión el más alto, el primero, suele ser la tensión que llamamos “nerviosa”. Cuando vamos al médico y tenemos la típica ansiedad de la bata blanca, esa cifra sube, por ejemplo a 170, sin embargo, la tensión diastólica, la baja, está normal. Eso nos permite diferencian que sea una tensión alta debido a los nervios. Sin embargo, lo preocupante es que la tensión diastólica, la baja, se encuentre elevada. Eso es indicativo de un mal control de la tensión arterial y conviene consultar al médico de cabecera.

Normalmente la tensión alta no da síntomas, pero sí hay casos donde cifras altas pueden provocar dolor de cabeza, tirantez en la nuca o pequeñas hemorragias nasales o en la conjuntiva del ojo. Otro aspecto no muy conocido es que una tensión arterial mal controlada puede encontrarse alta incluso durmiendo, y es posible levantarse con dolor de cabeza o que no notemos nada y el corazón en cambio sufra como consecuencia de ese esfuerzo extra que debe hacer para enviar la sangre hacia las arterias. Eso conlleva a que el corazón sufra cambios en su estructura provocando lo que se llama miocardiopatía hipertensiva ya que el músculo del corazón debe engrosarse como si fuera un culturista para poder cumplir con el envío de sangre a toda la anatomía.

Un concepto es la tensión arterial y otra cosa el ritmo cardíaco. Ya hemos dicho que tensión arterial es igual a la fuerza con la que se expulsa la sangre. El ritmo cardíaco es el número de veces que el corazón late por minuto. Son conceptos distintos. Una persona puede sufrir una taquicardia, es decir, que el corazón lata a 100 latidos por minuto en reposo, y sin embargo, la tensión arterial ser normal. Y viceversa, tener la tensión por las nubes y el ritmo cardíaco no estar excesivamente acelerado. Cuando el corazón late demasiado deprisa se denomina taquicardia. Cuando lo hace muy lento se llama bradicardia.