Cuando una persona resbala, pone la mano para frenar el golpe y provoca que la articulación absorba la energía del golpe, lo que suele provocar lesiones.

Creo que nadie va a olvidar ese nombre: Filomena. Es el nombre de la borrasca más tremenda que ha asolado a nuestro país en la última semana. Filomena ha dejado estampas que tardaremos en volver a vivir: personas esquiando en la Gran Vía de Madrid, perros tirando de un trineo en la Castellana y guerra de bolas de nieve en la Puerta del Sol. Pero por otro lado tenemos el caos más absoluto: aeropuerto cerrados, carreteras cortadas y conductores atrapados y desatendidos durante horas.

Al no estar acostumbrados a un paisaje más propio de Canadá o Minesota, todos salieron a disfrutar hasta que apareció el hielo. Todo se convirtió en una pista de hielo improvisada, con su correspondiente riesgo de caerse y hacerse daño. Eso es realmente lo que ocurrió. Mi amigo el Dr. Fahandezh, que trabaja en el hospital de Alcorcón en Madrid como traumatólogo especializado en cirugía de miembro superior no daba abasto. En estos días ha llegado a atender hasta 50 personas con fractura de muñeca, 15 de ellas debieron pasar por el quirófano. Nunca ha vivido una situación parecida. En toda la Comunidad de Madrid se atendieron más de 2000 pacientes debido a traumatismos debidos a caídas por la nieve y el hielo. Una locura.

Al caer, sobre todo cuando una persona resbala, el gesto involuntario es poner la mano para frenar el golpe. Eso provoca que la muñeca sea la que absorba la energía del golpe, es decir, todo el peso del cuerpo se concentra en una articulación pequeña en proporción con la rodilla o la cadera, y no es capaz por lo que se produce la fractura correspondiente.

Anatomía de la muñeca

La articulación de la muñeca la forman dos huesos principales, el radio y el cúbito. El radio es el mayor de los dos y es el que sigue al dedo pulgar hacia el codo. El cúbito es más fino y continúa al dedo pequeño hacia el codo. Ambos huesos articulan con la primera hilera de pequeños huesecillos de la mano como son escafoides, semilunar y piramidal. Además, radio y cúbito se articulan entre ellos en la llamada articulación radiocubital distal. Dicha articulación es de suma importancia para los deportes de raqueta porque es sobre la que se articula la pronosupinación, es decir, el giro de la muñeca que provoca que la palma vaya hacia arriba o hacia abajo, actuando como una bisagra. Es una articulación cuyos huesos no encajan bien a priori y los tejidos blandos juegan un papel muy importante a la hora de estabilizarla. Se mueve sincrónicamente con la articulación que une radio y cúbito en el codo, la llamada proximal, por lo que cualquier alteración de una de ellas ya sea en la muñeca o en el codo, altera toda la función del antebrazo.

Una caída debida a un resbalón provoca que la mano apoye directamente sobre el suelo provocando la fractura. No es infrecuente que la persona escuche un crujido, como el que hace una “caña” al romperse. Ese crack suele deberse a la fractura del hueso que se rompe con más frecuencia de los dos, el radio. Esta fractura es más frecuente cuanto peor es la calidad del hueso de la persona. Si la que se cae es una mujer mayor de 50 años, entrada en la menopausia y con osteoporosis, no necesita que la caída sea con mucha energía; basta un ligero resbalón para que el hueso no resista y se fracture. Si hablamos de un adulto joven, seguramente precise una caída con una mayor energía para fracturar al radio. Si el golpe es realmente importante, entonces es posible que sean ambos huesos los afectados, produciéndose una fractura doble, de radio y cúbito.

EN UNA FRACTURA DE MUÑECA, EL HUESO QUE SE PARTE CON MÁS FACILIDAD ES EL RADIO

Cuando el paciente se recupera del susto inicial y se sienta en el suelo, se lleva otro aún más gordo cuando se observa la muñeca y se da cuenta de la deformidad que ha aparecido de golpe. Se llama deformidad en dorso de tenedor. Al romperse, el radio suele acortarse y desviarse hacia el dorso de la mano, provocando una imagen que impresiona bastante a aquellas personas que nunca lo han visto

¿Cómo se trata?

Ni que decir tiene que se debe acudir al hospital a la mayor brevedad al tratarse de una urgencia. El dolor suele ser importante y la inflamación de mano y muñeca irá en aumento conforme vayan transcurriendo los minutos.

Una vez en el hospital, y tras la pertinente radiografía, tendremos el diagnóstico de fractura de radio, o de fractura de cúbito y radio si son ambos los huesos fracturados. Dependiendo del grado de desplazamiento y del número de fragmentos en los que se ha roto, el tratamiento podrá ser conservador o quirúrgico.

Para el tratamiento conservador primero deberemos proceder a la reducción de dicha fractura. Hemos comentado que el radio suele estar acortado y desviado, es por lo que con anestesia local o con sedación se procede a realizar la maniobra de reducción, que consiste doblar la muñeca en la dirección opuesta a donde tiene situados los huesos tras la fractura. Acto seguido colocamos un yeso que incluye todo el antebrazo.

Tras una radiografía de control se valora la colocación de los huesos. Si no es satisfactoria o ya apreciamos que la fractura es inestable y tiene riesgo alto de desplazarse, entonces se propondrá para cirugía. Si la reducción es buena, el paciente se irá a casa pero deberemos realizar una radiografía de control en dos semanas por precaución, ya que la fractura se ha podido desplazar.

En el caso que no estemos contentos, la fractura pasa a ser quirúrgica. Colocamos una placa con tornillos por la zona que sigue a la palma de la mano. Esa placa nos permite, tras la reducción, sujetar los fragmentos fracturados mientras el hueso suelda. Si ha quedado estable, es posible que no se precise ni escayola y el paciente empiece a mover con suavidad de forma inmediata.