Infiltración Osea en Consulta Ambulatoria

Llevo más de 10 años trabajando y usando el tratamiento biológico-regenerativo llamado plasma rico en factores de crecimiento.

La artrosis es uno de los campos de batalla donde este tratamiento biológico tiene un mayor predicamento. Se suelen usan inyecciones intrarticulares y el plasma se infiltra DENTRO de la articulación, ya sea cadera, rodilla o tobillo. Desde hace años se viene prestando atención a otro aspecto de las articulaciones: el hueso subcondral. Es el hueso que se encuentra tapado por la capa de cartílago en las articulaciones. Cuando el cartílago muere, el hueso que hay debajo queda descubierto y aparece el dolor.

El hueso subcondral es fundamental. Se encarga de absorber entre el 50-60% del peso que es capaz de soportar una articulación. Es como el hormigón que sustenta los muros de la casa y el cartílago es la fachada de la misma. Hay comunicación directa entre el cartílago y el hueso subcondral mediante unos canales. Además, en dicho hueso se localizan abundantes células madre también llamadas células mesenquimales, que son las que se convierten en células sanas que sustituyen a las enfermas o viejas.

En la artrosis se ha observado un incremento de canales de comunicación entre el cartílago y el hueso subcondral que se encuentra debajo. Además, las células madre funcionan de forma irregular y presentan anomalías genéticas. Si tratamos a dicho hueso, lograremos beneficiar al cartílago que recubre dicho hueso y que se encuentra en las articulaciones. Además mejoraremos la función de las células madre. Esto ha sido ampliamente constatado en numerosos estudios en los que se han visto mejores resultados cuando se infiltra la articulación y además se “perfora” el hueso subcondral que cuando sólo se infiltra de forma aislada la articulación.

Hemos desarrollado una manera PIONERA A NIVEL MUNDIAL, INDOLORA Y AMBULATORIA, de introducir el plasma dentro del hueso subcondral, en cualquier articulación que tenga artrosis. En el momento actual lo hemos usado en rodilla, cadera, hombro, tobillo y pie.

Los resultados son increíbles, aliviando el dolor y recuperando la función de la articulación artrósica.

NO ES NECESARIO REALIZARLO EN QUIROFANO

Hasta la fecha, para tratar el hueso subcondral se realizaban perforaciones mediante un trócar de alta velocidad (es similar a una broca y se usa para toma de biopsias en el hueso) previa localización del sitio a infiltrar con un aparato de radiografía y sedación para evitar el dolor. Todo se realiza en quirófano.  

Esto va a cambiar a partir de ahora, gracias a un tipo de anestesia local llamada WALANT. Se realiza infiltrando anestesia local (Lidocaína, Adrenalina) en la zona a infiltrar. La lidocaína es un anestésico muy potente y la adrenalina evita que tras perforar el hueso se produzca sangrado*. Permite realizar los procedimientos en muchas ocasiones con disminución de los riesgos derivados de la anestesia (nauseas, vómitos, retraso de alta, bloqueo motor prolongado, sedación…..), y en los que al no existir bloqueo motor** (no afecta a la fuerza de la pierna, solo a la sensibilidad)  el paciente se puede marchar a casa sobre la marcha. Pero lo más importante es que se puede realizar en la consulta, NO ES NECESARIO REALIZARLO EN QUIROFANO.

**¿Qué quiere decir que no hay bloqueo motor?

Si se infiltra anestesia tradicional pinchando la axila o la corva del paciente, se produce un bloqueo sensitivo (no nota ningún dolor) pero también un bloqueo motor (no puede mover la mano o el pie) durante el tiempo que tarde el organismo en metabolizar dicha anestesia, lo cual pueden ser horas. Con WALANT, el tipo de anestesia sólo es sensitiva, es decir, el paciente no nota ningún dolor pero sí puede mover la mano o el pie, ya que no hay bloqueo motor y está despierto puesto que es una anestesia local.

*¿No hay sangrado?

Mediante el uso de adrenalina en el campo quirúrgico, logramos un área de isquemia reversible, es decir, la herida no sangra durante horas que es el tiempo que dura el efecto de la misma y evitamos el uso del torniquete de isquemia y la sedación asociada. La combinación de un anestésico local con adrenalina nos permite realizar perforaciones sin dolor ni sangrado con un paciente totalmente despierto y colaborador.

A este sistema se le denomina PROTOCOLO INOCA. Son las siglas correspondientes a Infiltración Osea en Consulta Ambulatoria.

Se han presentado los primeros resultados en el TOBI 2022 en Miami (Simposium de Ortobiología a nivel mundial), donde ha tenido una fantástica acogida. 

La técnica INOCA ha sido publicada por la prestigiosa revista ARTHROSCOPY TECHNIQUES, reconociendo su carácter innovador y la utilidad que representa.

Con el Dr. Sampson, presidente del Congreso Miami 2022

De Almería a Las Vegas. TOBI 2023

LOS RESULTADOS DE INOCA SE HAN PUBLICADO EN EL JOURNAL OF CLINICAL MEDICINE. HAY MEJORIA EN EL 88% DE LOS PACIENTES TRATADOS

Con el Dr. Sampson, en el  Congreso Las Vegas 2023

Paciente grabando ella misma el procedimiento.

Ausencia absoluta de dolor.

Resultados tres meses después

Testimonio del paciente acerca del tratamiento INOCA

Realizando movimientos que antes del tratamiento no podía hacer

¿Qué va a suponer INOCA?

Pues que muchos pacientes a los que había que llevar a quirófano para realizar el procedimiento completo (infiltración articular y la perforación del hueso subcondral), ahora se pueden realizar en la propia consulta y de forma ambulatoria. El control del dolor es total, no se produce sangrado y tampoco hay dolor postinfiltración.

Se encuentra indicado el pacientes con artrosis de cadera o rodilla, estadíos avanzados (grado 3 y 4).

Lo realizamos también en hombro, tobillo y pie.

¿Cuántas veces me tengo que infiltrar?

Son tres sesiones realizadas cada 7 días, por lo que el tratamiento se completa a los 21 días.

En cada sesión se realiza una infiltración dentro de la articulación así como una perforación ósea tanto del fémur como de la tibia, así se trata el hueso subcondral que juega un papel tan importante en el dolor por la artrosis. Todo se realiza bajo anestesia local y con todas las medidas de asepsia que el procedimiento requiere.

Una vez terminada la infiltración, el paciente se marcha sin necesidad de permanecer en observación.

Para las posibles molestias una vez la anestesia se haya metabolizado, es suficiente con paracetamol o nolotil.