El deporte es una actividad cada vez más presente en nuestra vida diaria. Los cánones de belleza impuestos por la sociedad actual, el buscar hábitos de vida más saludables a cualquier edad tienen parte de culpa. Sin embargo, este áuge no es gratuito y tiene aparejado el aumento en la incidencia de patologías deportivas como son las típicas lesiones ya sean articulares, musculares, tendinosas o ligamentosas.

Esto también ha creado nuevas demandas y situaciones que no estaban recogidas de forma específica en los conceptos de la medicina tradicional. De ahí que los profesionales implicados en el diagnóstico y tratamiento de estas dolencias (médicos de atención primaria, médicos deportivos, traumatólogos y rehabilitadores) deban estas actualizados y en permanente revisión para procurar una recuperación del deportista eficaz y rápida.

En este capítulo, analizaremos las patologías más frecuentes dentro de la práctica deportiva, las actividades que las provocan y que son causantes de dolor en mayor o menor medida. Así mismo, haremos hincapié en las diferentes formas de prevención y tratamiento de las algias secundarias al deporte.

Beneficios del deporte para el organismo

Como toda actividad, el deporte puede conllevar lesiones. Estas pueden ser agudas (debidas a un traumatismo), o crónicas (producto de una sobrecarga mantenida).
Dependiendo del tipo de tipo de actividad deportiva, a continuación detallamos las lesiones más frecuentes.

image1

Iremos desglosando las lesiones más frecuentes que se producen según la actividad deportiva, así como las posibilidades de tratamiento, en las siguientes disciplinas deportivas: Corredores, Fútbol, Tenis/ Pádel y motociclismo.

CORREDORES

FÚTBOL

TÉNIS/PÁDEL

CORREDORES

Se considera “persona mayor” según la OMS a aquéllas que igualan o superan la edad de jubilación, que en el momento actual son los que han cumplido 65 años.

Los pacientes que han cumplido esta edad, presentan diferentes cambios biológicos, psicológicos y sociales, fundamentales para el entendimiento del empeoramiento de su capacidad funcional y la disminución de la resistencia al estrés y a las enfermedades

Con el ejercicio físico practicado en etapa vital el objetivo es lograr que la persona mayor logre mantener más por más tiempo, con mejor capacidad funcional y, por lo tanto, mejore su calidad de vida. Es decir, mantener la destreza en la movilidad, lo que involucra varios, como el corazón, pulmones, músculos, articulaciones. Dentro de los diferentes sistemas comprometidos en el declive orgánico generado por la vejez se encuentra el corazón y los vasos sanguíneos, el sistema respiratorio, el nervioso, el músculo esquelético y el sistema endocrinológico.

El ejercicio aporta además, entre otros beneficios, la disminución de la percepción del dolor, de la ansiedad y mejora la capacidad de concentración y atención. El acondicionamiento físico, disminuye la grasa corporal y aumenta la masa muscular. También mejora el metabolismo de los azúcares y grasas.

[row]

[one_half]

Algunos estudios han demostrado que las actividades como el caminar, trotar, montar bicicleta, favorecen el aumento de la masa ósea en los ancianos y en casos de osteoporosis senil, y por tanto, mejorando la resistencia a la fractura en el caso de una caída. Además el anciano que participa en actividades físicas con cierta regularidad, mejora su sensación de bienestar y la percepción de mayor movilidad.

La actividad física que más beneficios trae a la población anciana y le genera menos lesión e incapacidad, son los ejercicios como el caminar, montar bicicleta, el baile de salón y la natación. Se debe considerar que el montar bicicleta produce una mayor subida de tensión arterial que el caminar.

BENEFICIOS del Ejercicio en la tercera edad
Aumento de la capacidad física
Aumento de la flexibilidad y el rango de movimiento articular
Disminución de la grasa corporal
Aumento de la masa muscular
Aumento de la masa ósea
Aumento de la fuerza muscular
Aumento de la resistencia del hueso
Disminución de la pérdida ósea
Aumento de la resistencia cardiovascular y respiratoria[/one_half]

[one_half]

image68

Julio Bernal, plusmarquista.

[/one_half]

[/row]

Todo programa de actividad física para las personas mayores debe ir encaminado a mejorar el estado de salud o bienestar, condicionando la mejora de la condición física a este objetivo. En razón a las modificaciones que se producen con el envejecimiento, el programa debe ser lo suficientemente extenso para intentar mejorar las condiciones de vida normal de los mayores.

EL deporte en nuestros mayores debe tener las siguientes características:

[tabgroup][tab title=»Tipo de ejercicio«]Un programa para la mejora de la resistencia debería enfocar más de una forma de ejercicio físico: caminar, ciclismo, natación, bailes de salón etc. Sin embargo, parece que los ejercicios más sencillos y naturales, y que se corresponden mejor con la vida de estas personas son caminar y subir escaleras. Dado que la motivación es el factor más importante en el éxito del programa, es aconsejable seleccionar actividades que sean divertidas y agradables. Es importante personalizar el ejercicio en función de las dolencias que presente el usuario. El caminar en grupo es el ejercicio más frecuentemente practicado entre nuestros mayores; no hay más que salir a la calle temprano por la mañana o al atardecer, para darnos cuenta de la cantidad de personas que realizan esta actividad. Otra actividad que tiene mucha aceptación sobre todo entre el colectivo femenino es el Taichi; está ampliamente recomendado ya que mejora la flexibilidad, la coordinación y la fuerza muscular. Igualmente, los ejercicios contragravedad como levantar de forma repetida un kilo de peso en cada mano, está demostrado que mejora la resistencia ósea.[/tab][tab title=»Frecuencia y duración de las sesiones«]Aunque este factor es un importante aspecto a considerar, es menos fundamental que la duración o intensidad. A pesar de que no existen datos concluyentes de investigaciones rigurosas en las personas mayores, siguiendo las recomendaciones de los adultos, podemos asumir una frecuencia óptima de 3 días/semana. La duración de las sesiones será de alrededor de 30 a 45 minutos reales, es decir, sin contar el calentamiento (para el trabajo de la flexibilidad) y el enfriamiento. En el supuesto que una persona no sea capaz de mantener la actividad ese tiempo, lo mejor es dividir la sesión en una jornada de mañana de 30 minutos y otra por la tarde de la misma duración, lo que al final del día suma 60 minutos.[/tab][tab title=»Intensidad«]Constituye el factor más importante de cada una de las sesiones de trabajo. Si es difícil determinar la intensidad en los adultos, la dificultad aumenta de forma notable para las personas mayores. La intensidad mínima y aconsejable para la mejora de la resistencia es del 50 % de la frecuencia cardiaca. Es decir, el ritmo que podemos mantener sin notar fatiga o cansancio.[/tab][tab title=»Deberían evitar«]Deberian evitar estar de pie mucho tiempo y en el mismo sitio, cambiar rápidamente de posición tumbado-erguido, ejercicios bruscos, las pesas si no las han practicado antes, y oscilaciones bruscas. Se recomienda: el trabajo en parejas y grupos, en contacto con la naturaleza, los ejercicios de respiración y relajación, los ejercicios rítmicos y en progresión, cuidar que la vestimenta y el calzado sea el adecuado para el ejercicio, completar los ejercicios con otras actividades. Las máquinas vibratorias están muy de moda entre la población de todas las edades. En este colectivo pueden ser útiles ya que la vibración aumenta la resistencia ósea, pero conviene usarla con precaución en tiempo y en intensidad, dependiendo de las enfermedades que presente el usuario de la misma.[/tab][/tabgroup]

[/toggle][/togglegroup]

La participación de niños y adolescentes en las actividades deportivas ha decrecido en los últimos años, quizás en parte debido por el tipo de sociedad en la que vivimos, con videoconsolas, sedentarismo y poca ilusión por hacer deporte. No obstante, en este artículo vamos a repasar la idiosincrasia y las características especiales que tiene el ejercicio y las lesiones en los deportistas de esta edad.

Según recientes estudios, el 36% de todos las accidentes en niños y adolescentes son debidos a actividades deportivas. Entre los deportes con una mayor incidencia de lesiones se encuentran, el fútbol (2% de los practicantes se lesionan a lo largo de la temporada) y el baloncesto (1,7%). La contusión es la lesión más frecuente y es más frecuente lesionarse en un partido de competición que durante un entrenamiento.

Es evidente que hoy por hoy para conseguir cambios conductuales en los niños se debe lograr que los padres estén convencidos de los beneficios de la práctica deportiva y el impacto que tendrá en la salud de sus hijos. No se puede precisar el momento adecuado para empezar con el deporte. Todo dependerá de la capacidad motriz y de coordinación que tenga el niño. Es aconsejable, en el caso de niños muy pequeños, que hagan primero clases de psicomotricidad para que vayan desarrollando esas capacidades. Son recomendables a partir de los 2 años de edad.

Niño preparado para el deporte

Ya a partir de los 6 ó 7 años, el niño está preparado físicamente para hacer deporte. Lo ideal es que practiquen deporte en el colegio, en algún gimnasio o con sus padres, en el campo o en los parques. Cuando lleguen a los 7 y a los 13 años su capacidad de aprendizaje y entrenamiento es increíble y progresan a pasos de gigantes. En esta etapa se sentirán más fuertes, mas valorizados frente a los demás, y controlarán más sus emociones.

Es muy importante que los padres, si posible, también realicen algún deporte. Eso servirá de ejemplo a los niños. Hijos de padres sedentarios, sedentarios son. El hábito deportivo se debe ir construyendo día a día y con la participación de toda la familia.

-Sexo: las mujeres en edad adulta se lesionan más que los hombres en deportes como en la carrera continua o los saltos ya sean de altura o longitud; en la edad de crecimiento, las niñas tienen el doble de probabilidades que lesionarse que los niños, sobre todo lesiones de rodilla. La razón suele ser la menor masa muscular de las niñas y la mayor laxitud de las estructuras ligamentosas de la rodilla como el ligamento cruzado anterior, lo que provoca que la rodilla “falle” en algunos gestos como la rotación. En el resto de regiones como el tobillo o el hombro, no hay diferencias entre niños y niñas.

-Anatomía especial: los niños no deben ser considerados como “adultos bajitos” a la hora de tratar una lesión o programar un entrenamiento. Hay diferencias anatómicas más que evidentes entre un adulto y un niño. El inicio del crecimiento en la edad prepuberal se inicia a los 11 años en los niños y a los 9 años en las niñas, y el llamado “estirón” se produce a los 13.5 años en los niños y a los 11,5 años en las niñas. El crecimiento en esta edad puede llegar a ser el 20% de la altura total que se alcance en la edad adulta.

El hueso suele crecer los por extremos, lo que se denomina fisis. Es la placa de crecimiento y se cierra una vez que el niño ha alcanzado la edad adulta. Es la zona más débil ya que no es tan resistente como el resto del hueso, no es tan dura, por lo que ante un traumatismo de intensidad fuerte, se produce un desplazamiento y lesión de dicha placa de crecimiento.

Si no se reduce dicho desplazamiento, el hueso crecerá de forma anómala ya sea porque una parte de la articulación crezca más que la otra, en cuyo caso se producirán angulaciones no fisiológicas, o bien, si se daña en todo su espesor, se resentirá el crecimiento en longitud, y por ejemplo, una pierna será más larga que la otra.

image70

Por otro lado, existe otra estructura muy frecuentemente dañada en los niños, llamada apófisis. Representa el sitio donde se insertan los tendones principales del organismo como el tendón de Aquiles o el rotuliano. El mecanismo lesional es similar al que en el adulto provocan las tendinitis, es decir, es una zona por donde crece el hueso, y es una zona “debil” y susceptible de lesión como ocurre en la fisis, pero que está sometida a continuas tracciones por parte de los tendones como al saltar o al correr y supone una de los más frecuentes motivos de consulta al traumatólogo.

Además, cuando se llega a la pubertad, se producen cambios muy significativos en ambos sexos: se incrementa la longitud de los huesos, también ocurre lo mismo con la masa muscular que aumenta, y empiezan a madurar los genitales, apreciándose los caracteres sexuales secundarios como el vello púbico o el crecimiento de las mamas.

  • Contribuye al desarrollo físico y mental del niño.
  • Ayuda al niño a familiarizarse con el cuidado del cuerpo y el concepto de salud, para lleva una vida sana cuando sea adulto. Aprenden a conocer el papel preventivo que tiene la actividad física en la prevención de algunas enfermedades.
  • Ayuda a respetar su cuerpo y el de los demás.
  • Favorece la autoestima y el respeto por sí mismos.
  • Promueve el espíritu de equipo y el compañerismo así como saber enfrentarse a victorias y derrotas, lo que les preparará para su vida laboral y personal.

-Es necesaria la realización de una evaluación médica, realizando mediciones de peso, talla, índice de masa corporal, % de masa muscular y de grasa. Además es interesante evaluar posibles alteraciones en los pies como pie plano valgo o cavo varo, problemas de columna como escoliosis, valoración de dismetrías. De esta manera se puede valorar el estado del deportista y personalizar la actividad física y así poder prevenir lesiones.

La actividad física es una de las mejores estrategias para prevenir problemas de salud. Entrenar al corazón reduce el riesgo de cardiopatías, pero practicar deporte no implica que el paciente se desentienda de cultivar otros factores que ayudan en la batalla para anular el riesgo cardiovascular, como tener una dieta baja en grasas, control de las cifras de colesterol o glucosa en sangre o dejar de fumar.

La práctica de un ejercicio moderado y regular, no ocasional, junto a la observación de otros hábitos saludables, tiene consecuencias inmediatas en la reducción de los factores de riesgo como la diabetes, la hipertensión arterial, la arterioesclerosis y la obesidad. Con la actividad física, sobre todo la aeróbica como caminar, bicicleta o natación, los beneficios para el organismo son múltiples, y de forma indirecta, beneficia al corazón:

  • Disminución de los niveles de colesterol en general e incrementa el HDL (colesterol bueno).
  • También beneficia a los pacientes con diabetes tipo II, la no asociada a la necesidad de inyectarse insulina, al incrementar la sensibilidad de las células a la insulina y, por consiguiente, evitar en muchos casos la necesidad de tomar pastillas antidiabéticas, o bien, reduciendo el número de éstas.
  • Además, la actividad mejora la capacidad orgánica del corazón, disminuyendo la necesidad de oxígeno y reduciéndose la tensión arterial con lo que la necesidad de fármaco es menor y se mejora la calidad de vida.
  • Los expertos reconocen que el ejercicio sirve de punto de partida para empezar a rebajar la presencia de otros factores de riesgo. Volcarse en la actividad física permite un mejor control de la ingesta calórica, lo que se traduce en una disminución del sobrepeso y produce una mejora sensible en la calidad de vida, que en influye en el abandono de hábitos negativos como el tabaco, la ingesta excesiva de grasas o de alcohol.

image71

¿CUÁNTO TIEMPO DEBO DEDICAR A LA ACTIVIDAD FÍSICA?

Se aconseja la realización de ejercicio aeróbico entre tres y cinco veces por semana en sesiones no inferiores a los 30 minutos, controlando la frecuencia cardiaca con el fin de que ésta se mantenga dentro de niveles de intensidad baja o moderada. Las actividades más recomendadas son andar (la rapidez depende de cada persona y de los problemas osteoarticulares que presente) o trotar a un ritmo muy suave, montar en bicicleta y nadar. Los paseos deben realizarse a una intensidad entre el 65 y el 85 por ciento de la frecuencia cardiaca máxima. Para calcular la frecuencia cardiaca de entrenamiento (FCE) puede realizar el siguiente cálculo:

FCE= (220 – edad) x 0.65.

El resultado son las pulsaciones a partir de las cuales, la actividad física NO es cardiosaludable, y por tanto, no se deben sobrepasar. Recomendamos la compra de un reloj con pulsometro o bien la de un podómetro. El primero es un dispositivo que mide las pulsaciones a las que está funcionando durante la actividad física, pudiendo controlar en todo momento, si nuestro ritmo es demasiado intenso o no. Otra función de estos dispositivos es medir la distancia recorrida y las calorías quemadas en cada sesión. El podómetro únicamente va a medir la distancia recorrida, registrando el número de pasos que hemos dado en cada paseo, y de esta manera se calcula la distancia recorrida.
Debemos evitar ejercicios explosivos, al menos inicialmente como son squash, levantamiento de pesos a nivel de gimnasio, remo de alta intensidad y ejercicios similares. Debido al esfuerzo tan intenso y de forma brusca, se provocan aumentos de la tensión arterial no controlada, pudiendo provocar una nueva crisis coronaria debido al esfuerzo que debe realizar que tiene que realizar un miocardio dañado y para el que aún no se encuentra preparado ni rehabilitado.

Si no estamos acostumbrados, el caminar puede convertirse en una actividad agotadora. Para que no se convierta en un suplicio, debemos tener en cuenta una serie de recomendaciones para que el andar se convierta en un buen hábito y o mantengamos en el tiempo:

1.-Se debe comenzar la actividad física poco a poco; hay que disfrutar del entorno que nos rodea mientras paseamos, y de menos a más, ir incrementando el paso hasta completar la media hora recomendada.
2.-Usar ropa transpirable en verano y que protega contra el viento en otoño e invierno. Debemos huir de esa falsa creencia de cuanto más se sude, mejor, y llevar puesta ropa de manga larga o excesivo abrigo en verano. Esto puede tener consecuencias fatales para un cardiópata, como un golpe de calor o sufrir una deshidratación severa.
3.-Usar calzado deportivo cómodo. Evitaremos lesiones por sobrecarga a nivel de la planta del pie (fascitis plantar), tobillo (tendinitis del tendón de aquiles), rodilla (rodilla del andador) y de la cadera.
4.-Beber, al menos, un vaso de agua antes y después del ejercicio. Es importante llevar agua consigo para poder beber durante el ejercicio.
5.-Evitar caminar inmediatamente después de las comidas.
6.-Mantener un ritmo suave sobre todo al principio y al final de la caminata. Se empieza tranquilo y se acaba tranquilo.
7.-Debemos seguir las recomendaciones de nuestro cardiólogo, en cuanto a la toma de medicación y la intensidad del ejercicio. Con frecuencia, tras un problema coronario, se realiza una prueba de esfuerzo (ergometría) para valorar el estado real del miocardio (músculo cardíaco) y conocer nuestro límite.
8.-Si durante la actividad física, se nota dolor en el pecho, importante sensación de ahogo junto a sudoración abundante, interrumpir el ejercicio y acudir a su médico.
9.-Ir acompañado durante los paseos. Esto los hará más a menos e involucrará a su pareja o amistades en una actividad muy saludable.
10.-Repetir la actividad física entre 3 y 5 veces a la semana. El éxito del ejercicio y sus potenciales beneficios se basan en la constancia y la perserverancia.

El deporte es una actividad que se recomienda incluso a personas que padecen enfermedades tan difíciles de controlar como la diabetes o los problemas coronarios. Cualquier persona puede hacer ejercicio, pero siempre de forma controlada y supervisada por un especialista en ejercicio físico junto a un médico.

En los próximos días iremos comentando la relación que existe entre las enfermedades críonicas más frecuentes como la diabetes, el asma y las enfermedades cardiovasculares a la hora de realización de ejercicio físico.

La diabetes es, probablemente, la única enfermedad en la que hay una relación muy clara entre el tipo de nutrición y alimentación, la medicación que el paciente tiene prescrita (ya sea insulina o antidiabéticos orales), y el ejercicio físico que se le ha recomendado. Si conocemos el efecto que sobre el paciente tiene cada uno de ellos, seremos capaces de conseguir un nivel de azúcar en sangre adecuado, pudiendo variarlo en función de modificar alguno de los parámetros antes citados.


¿QUÉ TIPO DE ACTIVIDAD FÍSICA SE RECOMIENDA?

Todo va a depender de las características del deportista y del tipo de diabetes que presenta. Hay dos tipos de diabetes, la diabetes tipo 1, también llamada diabetes insulino depediente, que la que precisa tratamiento y ajuste del azúcar mediante insulina inyectada. Suele ser en gente joven, y delgada, que a pesar de que comen importanres cantidades de alimento, no ganan peso sino todo lo contrario, lo pierden; el otro tipo de diabetes es la tipo 2 o no insulino dependiente. Es más propia de gente de mayor edad y asociada a otros condicionantes como el sobrepeso.

El paciente es posible que la controle mediante dieta y ejercicio para disminuir el peso así como antidiabéticos orales que se toman varias veces al día. En el caso de que con todas estas medidas, las glucemias no se controlen de forma satisfactoria, el paciente pasa a estar tratado con insulina o, en ocasiones, con insulina y pastillas de forma conjunta.

Cuando el ejercicio que vamos a realizar se presupone que va a ser intenso, recomendamos una ingesta de hidratos de carbono (pan, fruta, pasta, galletas…) que deberá ser ingerida al menos 3 horas antes del comienzo de la misma. Si dicha actividad es de larga duración como una caminata o un partido, es muy importante administrar líquidos cada 60 minutos durante el ejercicio que tengan contenido en glucosa, fructosa o sacarosa, como cualquier bebida isotónica.

El objeto es esta medida es la rápida reposición de líquidos, electrolitos como el postasio, y azúcares que son consumidos durante la actividad deportiva.
En general, los deporte más adecuados para el diabético son los aeróbicos como el caminar, ciclismo o la natación. Si bien, una diabetes bien controlada no es contraindicación para la realizar cualquier actividad deportiva.

Sin embargo, hay deportes que están contraindicacados en este tipo de pacientes: son todos aquellos en los que una eventual bajada de azúcar ponga en peligro la vida de la persona. Entre otros encontramos la pesca submarina, motocross o paracaidismo. En todas ellas, un desmayo originado por el descenso de azúcar en sangre puede tener consecuencias fatales. Tampoco se recomiendan deportes de contacto repetido como el boxeo o las artes marciales debido a la posibilidad de tener una lesión vascular o una herida, o una contusión en el sitio de la punción.

Hay recomendaciones que tenemos que seguir a la hora de inyectarnos insulina. Esta se debe inyectar en sitios alejados de las zonas susceptibles de recibir un golpe. En el caso de los jugadores de fútbol, debemos evitar el pinchazo en los muslos. EL motivo es que un golpe que se reciba en una zona donde hemos administrado la insulina, provoca un aumento de la vascularización en la zona que lo ha recibido, y se va a formar un hematoma. Ese aumento de riego vascular va a provocar la absorción más rápida de la insulina administrada, lo que, sin duda, llevará a la hipoglucemia. También es importante que los deportistas con diabetes tengan a mano caramelos o azucarillos para tomar en algún momento de crisis de hipoglucemia, la cual se resolverá sin mayores problemas.

Es importante no realizar ninguna actividad deportiva hasta que la dosis de insulina esté ajustada así como el nivel de azúcar en sangre. Se debe realizar un estudio detallado desde el punto de vista metabólico antes de poder hacer una actividad físicamente exigente. Más difíciles de prevenir son las SUBIDAS de azúcar en sangre (hiperglucemias). Es necesario el estudio antes comentado.

image73                         image72

                              Chris Jarvis: remero olímpico y diabético.

RECOMENDACIONES PARA LOS NIÑOS O ADOLESCENTES DIABÉTICOS:

  • Ajustar los horarios del pinchazo para comprobar el nivel de azúcar en sangre. Es importante realizar cambios de hora dependiendo de la hora en la que esté previsto el ejericicio.
  • Importante el lugar de punción dependiendo del deporte. Evitar los músculos implicados en la práctica deportiva como los muslos en los jugadores de fútbol.
  • Alimentación adecuada. Es recomendable una dosis extra de hidratos de carbono antes y después del ejercicio, como por ejemplo, un pequeño bocadillo extra.
  • Es importante tener pastillas de glucosa y agua a mano mientras se realiza la actividad deportiva. Si el nivel de azúca en sangre desciende, se puede resolver de una manera rápida y eficaz.
  • Tener una mochila o una bolsa preparada con los medicamentos que se están tomando, números de emergencia sanitaria, máquina para realizar la prueba de azúcar de forma inmediata. Es importante tener un plan de control de la diabetes si el niño v de campamento fuera de casa.
  • Comentar el caso a los entrenadores, educadores o profesores de educación física para que estén alerta ante posibles complicaciones. Que observen al niño y que dosifiquen el esfuerzo, así como evitar conductas de riesgo como los choques o los deportes de contacto.
  • Tomar control. Es muy importante que el niño tome control de su enfermedad y de su medicación y aprenda el manejo de la medicación así como las medidas higiénico-dietéticas que ello conlleva.
  • Comentar el caso a los entrenadores, educadores o profesores de educación física para que estén alerta ante posibles complicaciones. Que observen al niño y que dosifiquen el esfuerzo, así como evitar conductas de riesgo como los choques o los deportes de contacto.
  • Tomar control. Es muy importante que el niño tome control de su enfermedad y de su medicación y aprenda el manejo de la medicación así como las medidas higiénico-dietéticas que ello conlleva.

image74